Viernes pasa su vida azul
soñando amanecer entre sus brazos
y no volver a perderle,
pero desde ayer inconciente
se vendió a Sábado.
Con tos y ahora con risa
de amargo moja su daño letal.
Cuando el sol se le fue tirando
dejo de dormir y soñar azul
cosas que no quieren ser,
hoy las lunas se van rodando
por que sus ojos se caen.
Viernes rezó una vez y pidió un deseo
tan fuerte como su dolor y fe…
Que un día venga el sol bailando
a convertirle en sal y azul
para no llorar y no sufrir
y deshacerse al viento.
En sueños volverá ya muerto
a estar con Domingo en sus brazos.
Sábado espera ya cantando
a dentro un cometa artificial azul,
que hará las veces de candado
a las cadenas de Viernes.
Sábado no esperara parado,
caminara sin ver atrás.